sábado, 31 de enero de 2009

Dando color: Homenajéate el día de tu cumpleaños

Por Andrés Craig,


Quiero empezar este texto matizando y aclarando que darse un homenaje podría significar lo que estás pensando ahora mismito, pero en esta ocasión NO. Aunque el gran Woody Allen dijo en la maravillosa Annie Hall “no te metas con la masturbación, es hacer el amor con alguien a quien quieres”, hoy no vengo a hablar de eso... ni tampoco de mi libro.

Lo reconozco, no soy de esas personas que esperan con locura el día de su aniversario personal y cada año parece que me deshinche un poco más (¿por qué será?): casi nunca he tenido unas ganas locas de pegarme una juerga-desmadre por mi cumpleaños y en esta ocasión he sido fiel a no celebrarlo a lo grande (excepción fueron los 30), y es que la fuerza, en la mayoría de los casos, no me ha acompañado.

Ya con treinta y... las cosas se ven de diferente manera (¿será la madurez?): si tiempo atrás te lo supiste montar bien entonces seguramente estés curtid@ en mil batallas, habrás vivido muchas y diferentes celebraciones y por eso sabes que en ese día siempre empiezas dándolo todo y acabas derrotado en estado lamentable por la dichosa exaltación de la alegría... ¿y del amor?.

Y es que el día de tu cumpleaños es un antes y un después en cada año (por lo menos a mi me pasa). Es un instante de 24 horas que nos debería servir para reflexionar a cerca de nosotros mismos, sí, el típico “de dónde vengo, a dónde voy... en qué momento me he perdido”. Recapacitar sobre la vida que te ha tocado vivir, porque te guste más o menos, sea más o menos merecida es la tuya. Además es aconsejable que te rodees de los que más quieres y te quieren: deberíamos darnos cuenta que quizás haya que guardar una jornada como mínimo al año para compartirla con los incondicionales que hay a nuestro lado.

A buenos entendedores pocas palabras hacen falta así que no voy a explicar quiénes son esos que siempre están ahí porque cada uno tiene a los suyos, y si todos somos únicos pues nuestros más leales también.

Por otro lado hay que estar preparado porque también llegan las desilusiones en un día para ti tan señalado ya que, un fatídico año, va y te das cuenta que de todos esos amig@s y conocid@s que tienes la mitad no se han acordado de felicitarte y la mitad de la otra mitad se han acordado pero ni se han molestado en llamarte o mandarte algún mensaje. Entonces tienes dos opciones: ponerte triste y agobiarte inútilmente o antes que venirte a bajo echarte una de esas sonrisas que tanto te caracterizan para disfrutar con los que sí te han felicitado, ya sea compartiendo mesa, conversación telefónica, copas o cama.

Pero dejemos el tema y centrémonos en el homenaje personal que te tienes que dar el día de tu cumpleaños. Lo primero es levantarte feliz (siempre hay un motivo) y contento porque a pesar de que otro más ya pasó, siéntete muy afortunado por estar como estás... viendo las noticias de todos los días y las cosas que pasan en el Mundo creo que no nos podemos quejar de cumplir uno más.

Después déjate llevar un poco a ver cómo se van desenvolviendo los acontecimientos y si ves que la cosa está un poco paradita, toma cartas en el asunto y ponte manos a la obra (aquí tampoco estoy hablando de la masturbación, eh). Elige primero, para empezar, algunas de tus canciones preferidas para ponerle banda sonora a tu feliz, feliz en tu día (métete una sesión de karaoke enfrente del espejo del cuarto de baño que eso siempre anima). Por cierto, no olvides también darte un caprichito... y después por supuesto, si tienes suerte y algun@ de los tuyos te prepara algo para chuparte los dedos pues disfrútalo... y compártelo. Y si te hacen soplar las velas, escoge bien tu deseo porque si lo pides de corazón hay muchas posibilidades de que se cumpla.

Que mejor día que el de tu cumpleaños para ver esa película que tanto te gusta o tu capítulo preferido (y algunos más) de tu serie favorita, o para hacer eso que quieres siempre hacer y por lo que sea no haces. Y así con todo hasta agotar el día, que si te ves con fuerzas, pues lo puedes incluso alargar, aunque recuerda: ya nos vamos haciendo mayores. Ah, y estate preparado para lo que sea, porque sorpresas te da la vida y si has sido buen@, tus maravillosos incondicionales ya se encargarán de recordártelo, así que ya sabes: ¿pórtate bien?.

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