jueves, 12 de febrero de 2009

Concierto: El día que casi entrevisto a los Rubinoos

Llegamos al Auditori un par de horas antes, estamos un poco emocionadas porque Un Planeta Gris va a entrevistar a los Rubinoos. De camino al recinto repasamos las preguntas que vamos a hacerles. La verdad es que impone, no serán ‘celebrities’ pero para nosotras son algo especial pues llevamos escuchando su música desde… uf, no me acuerdo.

Sin embargo, como para variar llegamos tarde, al entrar nos comunican que se nos ha adelantado la televisión del Auditori y que después de esto tendremos que esperar hasta después del concierto para hablar con Jon Rubin y Tommy Dunbar que se disculpan amablemente diciendo que necesitan irse a descansar junto al resto de la banda.

Finalmente comienza el concierto. La Sala de Cámara abarrotada, estamos todos, hoy no falta nadie. Y es que nadie quería perderse la vuelta a estas tierras de los californianos, que desde su recordada actuación en Valencia de hace seis años no los habíamos tenido tan cerca.

Y no defraudaron, uno a uno fueron enlazando sus mejores temas (entre los que no faltó su enseña, I wanna be your boyfriend), condimentados con algunas versiones memorables (donde, por supuesto estaba la de Tommy James, I think we’re alone now) que lograron que, sin que sirva de precedente, el público anquilosado del Auditori (entre los que me encuentro) abandonara sus asientos (bueno, vale, sólo fueron un par de valientes) para bailar y saltar.

Que los Rubinoos no defraudan en directo ya lo sabíamos casi todos, lo que sorprendió a quien escribe es su faceta de showman, puesto que Jon, Tommy y Al Chan, el bajista que se unió a la banda tras su regreso a los escenarios a finales de los 90, no pararon de bromear e incluso interpretar pequeños monólogos entre canción y canción, sin dejar que decayera el ritmo en ningún momento.

A la salida pude oír comentarios de todo tipo, “demasiadas versiones”, “parecían una orquesta de bar”… pero lo cierto es que los que estábamos allí disfrutamos tanto como ellos, que, además de salir a hacer el tercer bis con la guitarra de Tommy sin cuerdas, decidieron mezclarse con la gente “para firmar discos o simplemente para charlar”. Al final nos quedamos sin entrevista, pero no nos importó porque, simplemente, lo pasamos bien.

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