viernes, 6 de marzo de 2009

Dando Color: Rafa Nadal, el yerno* perfecto

por Andrés Craig,


Si fuésemos padres y tuviésemos hij@os ya en edad de “festejar”, ¿cómo nos gustaría que fuese nuestro yerno?.

Corren unos tiempo en los que, estoy seguro, si preguntasen a las madres de España qué valorarían más de un futuro hijo político la respuesta sería la de casi siempre: uy, pues que cuide y respete mucho a mi hija; aunque por dentro estarían pensando: que tenga trabajo!!! (cosa que en este momento de la Historia de la Humanidad empieza a ser un logro bastante importante).

En fin, sigamos con el yerno perfecto: si encima, además de cariñoso y esmerado en los quehaceres del amor, fuese también una persona respetada y admirada dentro de su gremio, tanto por sus compañeros como por tus rivales, eso seguro que llenaría aun más de orgullo a la susodicha suegra. Pero bueno, vamos a lo que vamos.


Vamos Rafa

Si hoy en día hay alguien en este país que, afortunadamente, nos priva del capricho español por excelencia (la siesta) y nos hace disfrutar con su arte, ese es Rafa Nadal: algo más que un grandísimo deportista, lo más parecido a un superhéroe, alguien de quien sentirse orgulloso y, por supuesto, siempre un referente de superación.

Porque para quien no conozca mucho a este tenista mallorquín de 22 años Nº 1 del Mundo, simplemente decir que sus hazañas ya son comparables a las de mitos tales como John McEnroe, Björn Borg, Ivan Lendl, Mats Wilander, Stefan Edberg, Boris Becker o Andre Agassi, y va camino de alcanzar a Dioses del Tenis como Pete Sampras o Roger Federer.

Su juego ha ido mejorando y creciendo a medida que su cuerpo perdía musculatura para ganar en fibra y evitar así las muchas lesiones que arrastra desde pequeño. Este diestro de nacimiento transformado a zurdo desde niño ha sabido adaptar su juego a las distintas superficies en las que sigue arrasando a quien se le ponga por medio; su próximo objetivo: El Grand Slam en la carrera, es decir, ganar los 4 Grandes (Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open). 3 ya los tienes, le falta el último y estoy seguro que este será su año (imagino que jugará menos campeonatos para evitar más lesiones y llegar mejor al final de la temporada donde le espera la Gloria Eterna).


Yo soy español, español, español...

El verano pasado, el del 2008 de grato recuerdo, la Selección Española de Fútbol logró algo que trasciende mucho más allá del hecho de ganar la Eurocopa y, bajo mi humilde opinión, abre una puerta más hacia el respeto y la tolerancia entre los pueblos, entre las personas que conviven en una misma ciudad, en un mismo país.

No es que sea muy mayor, pero sí lo suficiente para poder hablar (en este caso escribir) alegando razones y afirmar que llevo toda la vida viendo como al aficionado, al deporte que sea, que lleva una camiseta de la Roja, y siente los colores, se le tacha de facha por ello por esa minoría tan ruidosa que tiene por misión amargar la vida a los demás, puesto que la suya ya está atormentada desde hace años. Y me alegro en demasía que tras el espectacular triunfo de nuestra selección en la pasada Euro, la gente saliese a la calle en masa a celebrar el éxito: sí, quien sentía esa felicidad desbordada tras la victoria lo pudo demostrar sin complejos portando una camiseta, unos pantalones, una bandera o una bufanda sin ser insultado por ello. Menos mal que por fin parece que las cosas hayan cambiado.

Y en esto, desde hace mucho tiempo, Rafael Nadal es un ejemplo diferente al resto (recordemos que a día de hoy es el mejor en su oficio). Él siempre ha defendido con orgullo a su país en la Copa Davis descansando el tiempo necesario y privándose de participar en muchos torneos (perdiendo el mucho dinero correspondiente solamente por ir) para preparar y estar al 100 % en cada eliminatoria que jugara España... y eso es de admirar; pero bueno, repito: Nadal es un deportista ejemplar, un espejo donde se fijen los niños y del cual muchos otros (sobretodo futbolistas endiosados) deberían de aprender.


Adiós Fama , adiós

Como también es de elogiar el hecho de que siendo joven, rico y famoso huya del famoseo cutre, ese que aparece en la telebasura y en algunas revistas del corazón. No se si será o no un buen amante, ni me importa, o si tratará con cariño a su novia aunque me da que sí (lleva con mucha discreción ese tema, como debe ser). Y estoy seguro que muchas cazafortunas estarán hechas polvo por no dejarlas entrar en su vida privada, pero es que Nadal parece un tipo muy sencillo y familiar (siempre le veremos acompañado de su tío), que se sigue emocionando, y nos sigue emocionando, cuando gana un torneo más, y al que le encanta revolverse en el barro como si fuese un niño pequeño (a su edad lleva ya 5 títulos sobre la tierra batida de París).

En definitiva, sea o no el yerno perfecto, tenemos la enorme suerte de que, este genio, sea uno de los nuestros.

Nadie es perfecto, así finalizaba la maravillosa “Con faldas y a lo loco” de Billy Wilder, pero Rafa Nadal se acerca un poquito más a ello que el resto de los mortales... ah, por cierto, para acabar: es merengue, del Real Madrid (aquí no puede evitar una ligera sonrisa irónica).


*Yerno. 1 m. Respecto de una persona, marido de su hija.

1 comentarios:

Sandra Claret dijo...

es cierto, yo soñé que era mi cuñado!!

y mi hermana estaba encantada claro....

saludos!