lunes, 27 de abril de 2009

Dando Color: Calamaro Celestial

por Andrés Craig,

Vivir así no es vivír esperando y esperando, porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando. “Paloma” de Andrés Calamaro

El paso de los años, de las modas, de las canciones, de la vida al fin y al cabo, me ha hecho comprender que nosotros mismos no somos lo que elegimos a nuestros artistas preferidos, sino que son ellos, sin conocernos, los que nos señalan con su varita mágica. Una letra escrita en un momento de inspiración por alguien que no tiene nada que ver contigo puede llegarte al alma de tal manera que tengas la sensación de que a ti también te ocurrió algo así, y entonces surge una conexión vital. Es como la necesidad de colmar tus momentos mejores, y también los peores, con estribillos que ya nunca más olvidarás y asociarás para siempre a ese instante que ya pasó, pero que recuerdas cada vez que empieza a sonar esa dichosa melodía. ¿Por qué? por que sí, por que sí, por que sí...

Pero todo esto que os cuento a veces va más allá, ya que ocurre que esas emociones, que el genio plasma en canciones, suelen ser la respuesta a todo tipo de cuestiones que nos vamos haciendo por el camino; e incluso la vida del artista revela un aprendizaje infinito, para los que le seguimos contemplando, que no se adquiere en los libros. Todo en sí sucedió por algo y ahora, el resultado es éste, y nadie puede cambiar lo que ya ha pasado, solamente si acaso curarnos las heridas, como diría el propio Andrés.

La maravillosa época de Los Rodríguez me pilló en plena adolescencia cuando no existía ni Internet, ni los móviles, ni la Playstation (a la que nunca he jugado, por cierto) y me marcó hasta tal punto que llegaron a ser mi grupo preferido (y desde entonces ahí siguen, dándolo todo en mi habitación). Después, tras su separación, re-apareció Calamaro en solitario con su “Alta Suciedad” que, para mi, coincidió con el comienzo de una larga travesía personal hacia la madurez... que me costó sudor y lágrimas alcanzar (si al fin la he adquirido, que no lo se muy bien). Y ya desde entonces, casualidad o causalidad, pero los cambios más significativos que recuerdo en mi vida están bautizados por las canciones de este peculiar personaje: el último genio del milenio, el primero del Siglo XXI.

... y me siento realmente afortunado de que así haya sido, de lo que para mi ha significado, significa y significará.

Es, claro está, una complicidad unilateral que me lleva a recrearme más allá de las canciones, transformadas en mis propias emociones. Calamaro, sin duda nació para componer, visualizó ese don celestial y no deja de impartir lecciones allá por donde pasa.

Y me apetece bastante escribir sobre este grandísimo músico argentino, de trayectoria espectacular, también porque simboliza como nadie la superación del mito sexo, drogas y rock&roll. Quizá si después de estas revelaciones hablo de religión o incluso nombre a Andrés Calamaro profeta haya a quién le parezca realmente exagerado y se rasgue las vestiduras, pero si alguien realmente sabe el significado de esa divina palabra será consciente de que me estoy refiriendo a espiritualidad, a fe, a respuestas, a oración. Y yo, cuando escucho alguno de sus temas siento una sensación similar a lo espiritual, y cuando a él las cosas no le iban del todo bien (excesos incluidos) tenía fe en que todo se iba a enderezar; con sus letras nos da respuestas en temas que nadie nunca se molestó en explicarnos. Andrés ha escrito canciones que son el rezo diario de mucha gente feliz y también de mucha otra desesperada, así que... cada cual que saque sus propias conclusiones.

Y ahora, el maestro, ha decidido reunir en una especie de Antología, Obras Incompletas, lo mejor de su últimos y fructíferos trabajos (decir lo mejor suena a blasfemia, porque no están todas las que son...). Exactamente desde el post-Rodríguez hasta hoy en día: es un recorrido visual y musical (2 DVD’s y 6 CD’s) por estos años locos de su vida en la que Andrés Calamaro ha tenido tiempo de bajar a los infiernos, subir al cielo e incluso pasar por el purgatorio.


Este box es inexcusable para todos aquellos que rendimos pleitesía al más grande; los que lo quieran conocer y no se atrevan con dicho pack pueden empezar por la Biblia de Calamaro, que es el “Honestidad Brutal”. En sus “Obras Incompletas” nos podemos encontrar algunos de los temas más importantes y brillantes de su discografía oficial y también escandalosas joyitas remasterizadas que iba colgando en Internet para sus fans; además de imágenes camboyanas que nadie se debería perder para entender el antes y después de Andrés: del Deep Camboya, su estudio de grabación casero, a “La Lengua Popular”, su último trabajo, pasando por su triunfal vuelva a los ruedos con “El Regreso”, etc...

Porque cabe recordar/destacar que este gran tipo, al que nadie hace sombra creativa, se pasó noches y días enteros, y seguidos, probando y plasmando en canción cualquier pensamiento instantáneo que tuviese, ya fuese o no políticamente correcto (como ocurre en “El Salmón”). Artista inspirado como pocos por los siglos de los siglos ha sido capaz de crear algunas de las melodías más brillantes que perdurarán para siempre, que tararearemos una y otra vez... y todo lo demás, también.

Gracias Comandante por seguir jugando...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

precioso