
En sus historietas, Miguel Ángel Martín se sirve de la línea mínimal y la narrativa clásica para estetizar la atrocidad. Con un dibujo agradable y un discurso transparente, Martín se distancia del contenido de sus piezas ya que, como en el humor, la apreciación estética requiere un distanciamiento emocional. Pero en temas tan profundamente morales como los que él aborda, este alejamiento provoca desgarros. He aquí el origen de la violencia de su obra, que llega a ser insoportable.

¿O sí deleita? Decía el crítico Jordi Costa que si se le cayesen sesenta euros en el cerebro de Miguel Ángel Martín, se pensaría si ir a recogerlos. La imaginación del autor debe antojársele, pues, muy desagradable. ¿Deleita, la obra de Miguel Ángel Martín? A menudo el propio autor plantea el humor, expresión gozosa, como clave para la lectura de su obra. Sin embargo, en un número de Brian the Brain también advierte: “La cosa va de coña, así que si esbozáis una sonrisa el objetivo se verá cumplido, pero si os arranca una carcajada no dejéis de acudir al psicólogo.” ¿Es humorísitca, la obra de Miguel Ángel Martín? Sin duda, fuerza sus límites y nos empuja a un terreno todavía selvático: ¿qué es el humor? Algunas teorías ven en el humor un mecanismo de defensa psicológica. ¿Es la lectura humorística otra estrategia de distanciamiento respecto al contenido de sus obras? ¿O es el humor de Miguel Ángel Martín la clave para una lectura cabal de la realidad?

- Anal Core (La Factoría)
- Big Whack! (La Factoría)
- Bitch (La Cúpula)
- Brian the Brain (La Cúpula)
- Crónica Negra (Editorial Midons)
- Días felices (La Factoría)
- HardON (La Factoría)
- Kyrie Nuevo Europeo (La Factoría)
- NeuroHabitat (La Factoría)
- Play Love (Rey Lear)
- Psychopathia Sexualis (La Factoría)
- RubberFlesh (La Cúpula)
- Snuff 2000 (La Factoría)
- The Space Between (La Factoría)
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