Las cosas solían girar sobre el eje subterráneo que acota las mentiras cortas, y presupone que los errores cautos son artimañas que utiliza el delirio con tal de engañarse para levantarse temprano un día más.
Ayer dibujé tu nombre entre bocanadas de humo que daban a parar donde las nubes. Tan alta como el cielo eras.
Solo para mí y para la última copa del árbol más alto del mundo. Que sin quererlo sonrío cuando te vio colgada del techo observando como desde abajo yo, solo podía no dejar de mirarte.
1 comentarios:
Rubén dario, dario fo.
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