1. adj. Que va de un lugar a otro sin establecer una residencia fija.
El lector habitual de tebeos tiene tendencias coleccionistas. Colecciona cómics, en su memoria y en las estanterías. Los amigos le prestan publicaciones que, a primera vista, nunca se compraría y que luego, disfruta mucho. Pero, como todo coleccionista, al final desea tener físicamente muchos tebeos. Unos, los que más le gustan, los va a leer muchas veces; otros, sin ser grandes obras, le han hecho pasar tantas buenas noches en la cama, antes de dormir que, los considera un elemento propio, personal, cuanto más le han gustado más sonríe cada vez que los mira cuando pasa frente a la estantería. Pero, es mucho lo que se publica y mucha es la morralla. El lector asiduo de comics lee auténticas bazofias impresas a lo largo de su vida, toneladas de basura, que, el papel, pesa cosa mala. Incluso los autores que más le han gustado o de mayor reconocimiento pueden defraudarle con historias penosas, colores chirriantes o dibujos que parecen realizados en estados de semiconsciencia.
¿Por qué será que, siempre perseguimos a las que nos rechazan? Le preguntaba el marqués de Valmont, un coleccionista de mujeres, a la fea de Glen Close en Las Amistades Peligrosas. Pues veintitrés razones, Mr. Malkovich, te podría dar cualquier psicólogo de pacotilla, apunta ésta: el verdadero placer lo encontramos en las esperanzas que tenemos durante la búsqueda y, al final, nunca encontramos algo que satisfaga nuestras expectativas totalmente y volvemos a buscar.
Cuanto más difícil es la pieza que busca más placer logra el coleccionista al encontrarla. Esta semana os propongo a la Michelle Pfeifer de los tebeos de ciencia ficción, por su belleza y por lo difícil de conseguir: Nomad. La leí en su momento, pero fue un préstamo, y cuando quise que fuera mía estaba descatalogada e imposible de encontrar por Internet. Finalmente un amigo que viaja mucho y siempre visita las tiendas de tebeos de todas las ciudades me la consiguió (gracias JP).
NOMAD es una colección de 5 tomos, publicados por Glenat, en España entre 1994 y 2000. Se nota que la realizaron sin prisas. Los buenos guisos se hacen a fuego lento. La historia se desarrolla en un futuro cercano, Estados Unidos se encuentran en guerra con Sudamérica. En la estrategia de la guerra cobra especial importancia la figura de Arruán, un Tuareg del desierto, “adiestrado” por USA para el almacenamiento de información. Reclutado desde niño decide desertar y buscar sus orígenes lo que le llevará al Sahara y a comenzar a recordar quién es y quiénes son su familia. A veces es bueno parar y volver la vista atrás, otras veces imperativo. Su aventura le lleva a un Japón, en el que ya no queda espacio para las antiguas tradiciones y casi para nada que no sea la última tecnología, o gigantescos vertederos de la penúltima. Accidentalmente pasará una temporada en el Polo Norte para finalizar su odisea en San Francisco. En la historia tiene mucha importancia una realidad paralela, pensamientos implantados en la memoria de Arruán, pero que, interaccionan con el mundo real. El tratamiento de este tema y su resolución está verdaderamente ideado por un maestro. Es una gran aventura y, además, encontramos planteamientos para reflexionar acerca de la pérdida de la identidad de los pueblos, la ecología, la cultura, el desarrollo tecnológico y otros aspectos pero sin concesiones a la sensiblería ni demagogia.
Guión y dibujo: Jean Louis Morvan, el maestro, prolífico autor que mantiene una calidad muy alta en todos sus guiones, siendo prueba de ello que dejaran en sus manos durante una buena temporada a todo un icono del cómic francobelga (cuando se habla de tebeos no hay distinción entre los dos países) como Spirou. Sylvain Savoia y Philipe Buchet se encargan de los lápices de una manera excepcional, especialmente impactantes son los vehículos, armas y robots que dibujan. Buchet mantiene actualmente una colección sobre un convoy de naves espaciales llamado Estela también guionizado por Morvan y que sin llegar al nivel de Nomad resulta bastante refrescante su lectura. La rotulación de los bocadillos (el texto) es manual, cosa que, personalmente agradezco bastante.
¿Por qué será que, siempre perseguimos a las que nos rechazan? Le preguntaba el marqués de Valmont, un coleccionista de mujeres, a la fea de Glen Close en Las Amistades Peligrosas. Pues veintitrés razones, Mr. Malkovich, te podría dar cualquier psicólogo de pacotilla, apunta ésta: el verdadero placer lo encontramos en las esperanzas que tenemos durante la búsqueda y, al final, nunca encontramos algo que satisfaga nuestras expectativas totalmente y volvemos a buscar.
Cuanto más difícil es la pieza que busca más placer logra el coleccionista al encontrarla. Esta semana os propongo a la Michelle Pfeifer de los tebeos de ciencia ficción, por su belleza y por lo difícil de conseguir: Nomad. La leí en su momento, pero fue un préstamo, y cuando quise que fuera mía estaba descatalogada e imposible de encontrar por Internet. Finalmente un amigo que viaja mucho y siempre visita las tiendas de tebeos de todas las ciudades me la consiguió (gracias JP).
NOMAD es una colección de 5 tomos, publicados por Glenat, en España entre 1994 y 2000. Se nota que la realizaron sin prisas. Los buenos guisos se hacen a fuego lento. La historia se desarrolla en un futuro cercano, Estados Unidos se encuentran en guerra con Sudamérica. En la estrategia de la guerra cobra especial importancia la figura de Arruán, un Tuareg del desierto, “adiestrado” por USA para el almacenamiento de información. Reclutado desde niño decide desertar y buscar sus orígenes lo que le llevará al Sahara y a comenzar a recordar quién es y quiénes son su familia. A veces es bueno parar y volver la vista atrás, otras veces imperativo. Su aventura le lleva a un Japón, en el que ya no queda espacio para las antiguas tradiciones y casi para nada que no sea la última tecnología, o gigantescos vertederos de la penúltima. Accidentalmente pasará una temporada en el Polo Norte para finalizar su odisea en San Francisco. En la historia tiene mucha importancia una realidad paralela, pensamientos implantados en la memoria de Arruán, pero que, interaccionan con el mundo real. El tratamiento de este tema y su resolución está verdaderamente ideado por un maestro. Es una gran aventura y, además, encontramos planteamientos para reflexionar acerca de la pérdida de la identidad de los pueblos, la ecología, la cultura, el desarrollo tecnológico y otros aspectos pero sin concesiones a la sensiblería ni demagogia.
Guión y dibujo: Jean Louis Morvan, el maestro, prolífico autor que mantiene una calidad muy alta en todos sus guiones, siendo prueba de ello que dejaran en sus manos durante una buena temporada a todo un icono del cómic francobelga (cuando se habla de tebeos no hay distinción entre los dos países) como Spirou. Sylvain Savoia y Philipe Buchet se encargan de los lápices de una manera excepcional, especialmente impactantes son los vehículos, armas y robots que dibujan. Buchet mantiene actualmente una colección sobre un convoy de naves espaciales llamado Estela también guionizado por Morvan y que sin llegar al nivel de Nomad resulta bastante refrescante su lectura. La rotulación de los bocadillos (el texto) es manual, cosa que, personalmente agradezco bastante.
En NORMA CASTELLÓN (C/ Navarra 6) hace poco tenían los tomos 2 a 5. El tomo 1 es el mirlo blanco, difícil, difícil de conseguir. Por Internet, en español no la he visto, en francés se puede conseguir pero creo que ahí también está descatalogada. En tiendas de segunda mano ya os digo que casi seguro que no la encontrareis pero si os dedicáis a buscar en estas librerías de imágenes encontrareis buena gente y un modo entretenido de pasar la tarde.
1 comentarios:
Tienes razón, buscar lo imposible es el motor de muchos, y así en cierta manera, avanza el mundo.
Que gran obra Nomad y que gran amigo Nono.
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