Aprovechamos que la semana pasada, por cuestiones de agenda, no tuvimos Planeta Cine para reunir hoy el estreno de la semana con la película del momento. El pasado viernes se producía el estreno más esperado de lo que llevamos de año, justo tras dos semanas consecutivas en las que llegaban a nuestras carteleras dos auténticos blockbusters: X-Men Orígenes Lobezno y Star Trek. Buena época para la taquilla. Ángeles y demonios, el filme de Ron Howard que adapta el best-seller homónimo de Dan Brown que en la novela es precuela pero en la pantalla se conviete en secuela, se ha convertido en el estreno más taquillero de lo que llevamos de 2009, por encima del podio que hasta ahora conformaban Gran Torino, Slumdog Millionaire y El curioso caso de Benjamin Button. Más de cinco millones de euros en España el primer fin de semana le auguran convertirse en la película más recaudadora del año a falta de grandes y esperadas películas para este verano como Harry Potter y el misterio del príncipe o Terminator: Salvation que la destronen. En resumen, una película paradigmática de ese término que los anglosajones definen como must see, es decir, esa película que "debe verse" si hoy en día se va a cualquier cine comercial. Como Sony Pictures ya se ha encargado de publicitar hasta la saciedad su criatura, poco hay que decir más. Esta vez al (discutible) Robert Langdon encarnado por Tom Hanks - que se ha llevado más de la mitad del presupuesto del film para su bolsillo, 60 millones de dólares sobre 115 - le acompaña un (de nuevo discutible) Ewan McGregor en el papel del Camarlengo. Ya no está Audrey Tautou, sino Ayelet Zurer, actriz israelí que hace de italiana, pues los acontecimientos suceden en Roma en lugar de en París. Conspiraciones contra la iglesia en un guión adaptado por el oscarizado Akiva Goldsman - en 2001 por el libreto de Una mente maravillosa, donde ya trabajó con Ron Howard y éste también ganó el Oscar al mejor director - y David Koepp, cuidadísima producción, inspirada banda sonora de Hans Zimmer y elegante fotografía al servicio de un vertiginoso thriller a contrarreloj que coquetea peligrosamente con lo fantástico e inverosímil pero que, por encima de su predecesora en este aspecto, no se puede decir que no sea entretenida.
Y a la sombra del éxito de Ángeles y demonios llega esta semana a nuestras pantallas de Castellón, sabida cuenta de que la competencia es mucha, sólo una película: Noche en el museo 2. Protagonizada por Ben Stiller, al igual que su predecesora, ofrece humor para todos los públicos plagado de efectos especiales muy conseguidos y figuras, animales y muñecos históricos que cobran vida, muy a lo Jumanji, película de la que éstas son muy deudoras. En la película que ahora se estrena, el vigilante jurado Larry Daley (Ben Stiller) se ve obligado a decir adiós a todos sus amigos cuando deciden hacer el Museo de Ciencias Naturales más "interactivo" y sustituyen todas las figuras por hologramas. Sus amigos históricos son empaquetados y enviados a los archivos del famoso Smithsonian, en Washington, DC., el museo más grande del mundo. No han pasado ni 24 horas cuando Larry recibe una llamada de Jedediah, el cowboy en miniatura, y descubre que la tabla de Ahkmenrah ha sido extraviada y esto ha hecho que el Smithsonian cobre vida. Para salvar a sus amigos, Larry tendrá que viajar a Washington, DC y luchar contra Kahmunrah, Al Capone, Iván el Terrible y Napoleón que han planeado un complot para apoderarse de la tabla. En medio del caos, Larry hará nuevos amigos, como Amelia Earhart o Albert Einstein que le ayudarán a detener el complot y salvar el museo. Mención especial para los cuadros de Hopper o de Pollock que cobran vida, toda una maravilla, y sobre todo cuando toma fisicidad la mítica foto de Albert Eisenstaedt en la que un Marine victorioso de la Segunda Guerra Mundial besa apasionadamente a una chica en Times Square, quizá el mejor momento del filme. Y también merece espacio aquí el papel de "la chica de la película", que en este caso es para Amy Adams - la últimamente prolífica actriz de Encantada: la historia de Giselle o La duda, por la que obtuvo su primera nominación al Óscar -, interpretando a la primera mujer que cruzó el Atlántico en avión, Amelia Earhart, una dama de los años 30 que nos recuerda a las bellas, fuertes e inteligentes mujeres de las screwball comedies clásicas de Hollywood. De lo mejor de la película.
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