jueves, 25 de septiembre de 2008

¿Dónde está Woody?

Ayer malgasté casi siete euros. Siempre me ha gustado el cine de Woody Allen así que, junto a las buenas críticas que ha recogido su último trabajo, fue suficiente para elegir ver su última película, Vicky Cristina Barcelona. Madremíadelamorhermoso. ¡¡¡Por favor!!! No se por donde empezar. A ver, vayamos por partes. La historia. Un tío se acerca a dos tías a las que no conoce de nada en un restaurante y les propone irse a pasar el fin de semana juntos y ellas aceptan, ¿y? ¿qué más? ¿ya está? Bueno, no. Las dos tías son insoportables y se merecen que las encierren y tiren la llave al mar, insufribles. El chico (Bardem): estereotipado es poco y con eso lo he dicho todo. El doblaje. ¿Por qué le cambian la voz a Bardem y a Cruz? ¿Por qué? Así no me los creo ni de casualidad, imposible concentrarse. Y encima nos perdemos las presumiblemente, claro, memorables discusiones entre los dos españoles en castellano. Nos tenemos que conformar con leerles los labios e imaginarnos el sonido de su voz. Las localizaciones. Supongo que si Allen eligió Barcelona para rodar la película fue sólo por pasta, porque lo mismo, rodado en interiores, no hubiese sido muy diferente. Totalmente suprimibles las escenas en las que las dos pavas americanas se dedican a hacer turismo de lo más convencional. La ropa. ¿Pero de dónde han sacado esos modelitos? ¿qué les han hecho las actrices para que las vistan así? Johansson se pasa la película con camisetas de algodón del todo a cien y seguro que a los encargados del vestuario de Aída les gustaría saber de donde han sacado algunas de las prendas que lleva Cruz. ¿Y Woody? Cuando salí del cine sólo podía pensar que Allen, en lugar de dedicarse a rodar, el tiempo que pasó en Barcelona lo dedicó a hacer turismo y a tocar el clarinete porque en la película no se nota para nada su presencia. El cabreo. Si me fastidió tanto ver una película totalmente mediocre es precisamente porque se supone que la dirigió Woody Allen, el que nos tiene acostumbrados a unos diálogos cargados de humor y critica, que tan bien ha sabido retratar a su ciudad y la forma de vida de sus habitantes. Quizá por eso la decepción es mucho mayor. Lo mejor. El grito de “niñata de mierda” de Penélope Cruz a Scarlett Johansson en castellano, claro. Seguro que le tenía ganas.



Por: No sin mis palomitas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué exagerada 7 euros!!!aunque, atendiendo a tu nombre, contarás las palomitas que te tomaste.¿has pensado en cuántas personas fueron molestadas por tu ingesta de palomitas?qué manías tan tontas.¿por qué ver una película tiene ir cogido de la mano con tomar palomitas y bebidas refrescantes?no me imagino visitar un museo, ñam, ñam, mientras se llena el buche.será porque al cine va cualquiera, quizás, no sé

Anónimo dijo...

Anónimo, identificaté para que sepamos quien eres... que si te veo metiendo la mano en mis palomitas te le corto, la mano. Hay pelis y pelis y ésta es de las que solo se aguantan con palomitas. Lo del doblaje es insufrible.

Nelo dijo...

Hay doblajes que son un verdadfero crimen.

Y me parece muy triste que se postee como anónimo especialmente cuando se hace una crítica. En fin, que le vamos a hacer, en el blog tbn puede entrar cualquiera...

Anónimo dijo...

No entiendo el problema de que haya opinado sin dar mi nombre, no creo que se relevante.Pero si necesitais dirigiros a mi, en sucesivos comentarios firmaré.
Yo siempre veo las pelis en V.O.S. En esos cines tampoco suele haber alguien comiendo y bebiendo al lado.¿por qué será? ¿irá todo unido?