Coolhunting en La Plana: No tomarás el nombre de Audrey en vano

Esto me pasó de verdad. Iba yo escuchando a Russian Red en mi ipod por la calle Trinidad cuando, de repente, veo en el escaparate trasero de un chino (bazar) un cuadro bastante cutrillo de Audrey Hepburn, o mejor dicho de Holly Golightly mojigatizada por obra y gracia de Blake Edwards. Al principio iba a horrorizarme, pero luego recordé que hace mucho tiempo que reniego de ese icono, que de tan manido ha pasado de ser pop a ser kisch. Cuando tenga una casa, no habrá ni una imagen de Audrey en mis paredes porque no sabré si estoy en mi casa o en una peluquería con aspiraciones. ¡Un poco mas de imaginación!

Apuesto por renovar esos iconos femeninos de pared, las divas de quita y pon que te llenan las paredes por unos 20 euros (creo recordar). Mis sugerencias son las siguientes:

1. Indiscutible, Sara Montiel. Tiene a su favor ser lo mejor que ha exportado España a Jolibú, con permiso de Pe. Haremos como si no hubiera vivido más allá de los 40, no quedaremos con ella en la época que se llamaba Sarita.

2. Judy Garland. Mola por varias razones. Es un icono gay, es la madre de Liza Minnelli y a pesar de ser conocida por su imagen candida en el Mago de Oz, acabo cayendo por sobredosis de drogas. Esos tormentos dan caché.

3. Marisol. ¡Que coño! Ella si que fue uno de nuestros iconos pop sesenteros de verdad. Me encantaría tenerla en mi salón cantando “Corre, corre, caballito”.

4. Twiggy. La concesión popera british para los irreductibles. También nos olvidaremos de que sigue viva. Otra que está más vista que el tebeo, pero como no está en los chinos (tiempo al tiempo), la ponemos en la lista.

Hay un mundo entero por explorar, desde Angela Channing y sucedáneos hasta las patrias Conchita Velasco, Carmen Sevilla (qué guapa era la jodía) o Paquita Torres. Clásicas del cine como Bette Davis, Katherine Hepburn o Marlene Dietrich, otra previsible pero no tan banalizada.