Como una isla fría, rodeada de tiempo detenido.
Como un lugar que ya casi sólo existe en el olvido.
El horizonte se confunde con los límites del cielo.
El aire se tiñe de verde en los atardeceres tristes.
Tierras cultivadas, casas escondidas, manos agrietadas,
trabajadoras y esquivas.
La modernidad no es más que una palabra
y las aves persiguen las estaciones.
La luz desvela destellos mágicos que las sombras se empeñan en cubrir.
Su belleza reside donde no se escuchan las máquinas,
donde resiste la tierra, ajena al imparable, implacable
y destructor progreso.
Como un lugar que ya casi sólo existe en el olvido.
El horizonte se confunde con los límites del cielo.
El aire se tiñe de verde en los atardeceres tristes.
Tierras cultivadas, casas escondidas, manos agrietadas,
trabajadoras y esquivas.
La modernidad no es más que una palabra
y las aves persiguen las estaciones.
La luz desvela destellos mágicos que las sombras se empeñan en cubrir.
Su belleza reside donde no se escuchan las máquinas,
donde resiste la tierra, ajena al imparable, implacable
y destructor progreso.
Alumnos de la Escuela Blank Paper de Castellón.
Fotografías:
1.- Sandra Claret, 2009.
2.- Ángela Sebastián, 2008.
3.- Leticia Tojar, 2009.
4.- Lidón Forés, 2009.
5.- Mª José Perez, 2008.
6.- Beatriz Calvo, 2009.
7.- Marta Ribes, 2008.
4 comentarios:
ains mi marjaleria querida...yo solo nacer, directo del hospital a la marjal...he pasado los mejores años de mi vida, recoriendo esas acequias todos los veranos con la bicicleta a lo verano azul...que por cierto, anda que no me he caido veces dentro de ellas :)....que tiempos...bonita entrada!.
Un saludo.
Me encantan las fotos y me encanta la marjal!!
:-)
Pues si, bonitas imagenes, poco que envidiar a otras publicadas en medios de renombre.
Me gusta descubrir rincones escondidos y me gusta que me los enseñen.
Muchas gracias! Seguiremos currando para mostraros muchos rincones más!
Saludos!
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