Psicología: Estrés

El estrés es una relación entre la persona y el entorno, el cual es evaluado por la persona como amenazante o desbordante de sus recursos, y que además pone en peligro su bienestar. Estos acontecimientos, por lo general implican cambios en las rutinas de la vida cotidiana de las personas, rompiendo sus automatismos y generando nuevas necesidades, ante las cuales la persona tiene que valorar su forma de responder.

Los estresores han sido clasificados en 2 grupos, los estresores llamados psicosociales y los estresores biogénicos.

En los estresores psicosociales se contemplan los llamados cambios mayores, que se refieren a cambios dramáticos en la vida de una persona, como por ejemplo una guerra. Estos cambios serian los causantes del llamado estrés post- traumático.

Después están los cambios menores, o estresores múltiples, corresponden a cambios significativos y vitales para las personas, pueden referirse a la muerte de un ser querido, una enfermedad incapacitante, la pérdida del trabajo, un divorcio…

Por último, están los estresores cotidianos o microestresores, que son acontecimientos de poca “importancia” pero de mucha frecuencia.Se trata de aquellas pequeñas cosas que pueden irritarnos o perturbarnos en un momento dado, por ejemplo reñir con nuestra pareja.

Algunas de las características que presentan con frecuencia los estresores cotidianos son que implican un cambio o novedad en la situación ambiental, esto se percibe como una situación en las que se da una falta de información, o por el contrario, una sobrecarga de información. Puede haber una ausencia o disminución en las habilidades o repertorio de comportamientos para afrontar la situación que se presente. Incluso, puede ocurrir una alteración en las condiciones biológicas del organismo por efecto de drogas, condiciones ambientales, etc. Unos ejemplos de estresores cotidianos que suelen afectar a las personas hacen referencia a temáticas relacionadas con las responsabilidades domésticas, la economía, el trabajo, etc.

Los llamados estresores biogénicos son los que actuan directamente causando o desencadenando la respuesta de estrés. Ejemplos de estresores biogenéticos son, los cambios hormonales en el organismo, como los que ocurren en la pubertad, el post parto; para algunas mujeres el síndrome premenstrual, ya que en algunas mujeres, la progesterona y los estrógenos al causar un desequilibrio hormonal, puede provocarles un sobre-estrés.el climaterio (menopausia) también puede producir en algunas mujeres un sobre-estrés. La ingestión de determinadas substancias químicas, como las anfetaminas, la fenilpropanoloma, la cafeína, la teobromina, la teofilina o la nicotina. La reacción a ciertos factores físicos, como los estímulos que provocan calor, dolor o frio extremo. Por último, el estrés alérgico. La alergia es una fuente de estrés que requiere de grandes cambios de energía por parte del sistema inmunológico para luchar contra aquello que el cuerpo considera peligroso.

El estrés es un proceso emocional que se compone de subprocesos cognitivos y emocionales.

Por una parte tiene una función de procesamiento automático, es decir, por medio de mecanismos preatencionales, de los cuales no somos conscientes, estos mecanismos son los responsables de poner en funcionamiento una respuesta emocional frente al estresor. Esto quiere decir, que nuestro cuerpo, aunque no seamos conscientes, se prepara y de alguna forma lucha contra la fuente de estrés.

Por otra parte es un procesamiento controlado, es decir, supone un proceso perceptual, individualizado y vulnerable a predisposiciones biológicas, factores estructurales, la historia personal de cada individuo en cuanto a aprendizaje, experiencias previas y fuentes disponibles de afrontamiento. Esto quiere decir, que cada persona tiene una capacidad de “aguantar” el estrés, según varios factores genéticos y ambientales.

Existen dos tipos de estrés, por un lado esta el Eustrés y por otro lado el Distrés.

El Distrés, es el estrés que podemos denominar como negativo y perjudicial para la salud.se trata del estrés mantenido a lo largo del tiempo.

El Eustrés, es un estrés positivo, no es perjudicial para la salud y nos mantiene alerta y en activo en las situaciones en las que es necesario estar en alerta. Es muy útil y sirve para que las personas nos adaptemos a las demandas del ambiente.

Las personas tenemos diferentes estilos de afrontamiento frente al estrés, existen tres dimensiones básicas a lo largo de las cuales se situan los diferentes estilos de afrontamiento posibles. Por un lado tenemos, los estilos de afrontamiento activo, estos métodos de afrontamiento mobilizan esfuerzos, son muy positivos y generalmente dan buenos resultados. Por otro lado tenemos los estilos de afrontamiento pasivos, estos se caracterizan por que las personas que los utilizan simplemente esperan a que las cosas cambien. Estos estilos de afrontamiento pueden funcionar en un reducido número de situaciones, en aquellas en las que no hay una respuesta posible, en el resto provocan más estrés y no son muy saludables.

Por último, están los estilos de afrontamiento de evitación del estresor, estos métodos de evitación del estrés son muy perjudiciales para la salud, y además producen en la persona un aprendizaje de huida ante los problemas, que no es muy recomendable.

Los efectos negativos del estrés son varios y de diferente magnitud, no todas las personas padecen todos los efectos, algunas personas solo tienen algunos síntomas. Por un lado, están los efectos físicos, como la tensión muscular, sobretodo en el área del cuello y los hombros; cefalea tensional, con localización occipital (área de la nuca); malestar estomacal, con una leve pero molesta sensación de indisposición para alimentarse, sequedad de boca o salivación viscosa; taquicardia, sensación de falta de aire, lo que obliga a respirar profundamente en varias ocasiones, temblores, principalmente en las manos, también pueden presentarse temblores en los párpados, mejillas, etc.

Los efectos emocionales, suelen ser la irritabilidad, la impaciencia, referida a la menor capacidad para soportar y manejar las pequeñas situaciones estresantes que se viven en el día a día. Ansiedad, que incapacita para realizar las actividades de manera normal; falta de concentración, con incapacidad para realizar trabajos que requieran de toda la atención de la persona; negativismo; falta de interés, con disminución del deseo de realizar actividades que antes eran consideradas placenteras o entretenidas, pudiendo incluso a llegar a ser tan grande que desencadene en una depresión.

Los efectos sobre el comportamiento, son los trastornos de apetito, como el apetito excesivo o la perdida del mismo. Abuso de drogas, principalmente las del tipo estimulante, como la cafeína y la nicotina, aunque en algunos casos, también puede ocurrir un abuso de drogas depresoras, como el alcohol. Insomnio, ya sea con dificultad para conciliar el sueño, con dificultad para mantenerlo, o con la combinación de ambas. Manifestaciones comportamentales de ansiedad, con ataques repentinos de “aceleración”, en los cuales se quieren hacen mil cosas a la vez y se termina por no concluir ninguna de ellas. Malas reacciones interpersonales, teniendo dificultad para convivir con los demás.

El Distrés, es el que provoca los síntomas comentados anteriormente, es un tipo de estrés muy negativo, que se mantiene durante mucho tiempo y que hace que la persona que lo padece tenga muchos cambios tanto físicos, cognitivos o comportamentales.

Para evitarlo, es muy importante detectarlo, tratar de afrontar activamente el estresor y sobretodo buscar momentos para uno mismo, poder relajarse y olvidarse de las cargas emocionales aunque sean 30 minutos al dia, hacer ejercicio diario y mantener una alimentación equilibrada.

En el caso en que el estrés nos impida llevar una vida normal, llevemos mucho tiempo padeciéndolo y suframos muchos de los síntomas explicados arriba, en conveniente acudir a un especialista.

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