por Iván Bort Gual
Tercera semana en la que no os podemos destacar ningún título de los que se estrenan en la cartelera. Ofertas de lo más variopintas pero ningún estreno sobresaliente. Dinámica, ésta, que romperemos la semana que viene cuando a estas alturas os estaremos hablando de Red de mentiras, el último filme de Ridley Scott, protagonizado por Leonardo diCaprio y Russel Crowe que ya se está promocionando.
Empezaremos con La boda de Rachel, drama familiar protagonizado por una prolífica Anne Hathaway, que lejos de parecer la “Rachel” de la historia, es decir, algo así como la adorable Julia Roberts de una comedia romántica del estilo La boda de mi mejor amigo – por similitudes en título y en perfil de las atrices –, es en esta ocasión Kym, la hermana de la tal Rachel – que interpreta Debra Winger –, una ex-modelo que se ha pasado sus últimos diez años en rehabilitación y decide volver con la familia justo el fin de semana en que celebran la boda de su hermana. Esto generará múltiples conflictos, situaciones desagradables y la aparición de viejos fantasmas familiares, que nos irán revelando poco a poco la existencia de secretos oscuros del pasado de los personajes. Filme dirigido por un Jonathan Demme en horas bajas, que otrora dirigió una de las mejores, si no la mejor, película de la década de los 90: El silencio de los corderos, y que en esta ocasión trabaja con un guión de Jenny Lumet, hija del incombustible Sidney Lumet, cineasta que surgió, hacé más de cincuenta años, de la denominada generación de la televisión norteamericana. La cinta, por cierto, salvando las kilométricas distancias en la forma, pero por su temática, recuerda vagamente al filme fundacional del Dogma’95: Celebración de Thomas Vinterberg.
Seguimos con Los niños de Huang Shi, exótica co-producción china, australiana y alemana ambientada en la invasión japonesa de China en 1937. Dirige un norteamericano, Roger Spottiswoode, encargado de “clásicos” de la comedia de acción de hace un par de décadas como Socios y sabuesos o Alto, o mi madre dispara. Para completar el puzzle de nacionalidades, falta la británica, representada por Jonathan “Match Point” Rhys Meyers, acompañado de la australiana Radha Mitchell o el chino Chow Yun-Fat. Cine basado en hechos reales, con muy buenas intenciones pero que no llega a sobrecoger. La relación del protagonista extranjero con los inocentes niños, en medio de un paisaje idílico, pero ante el ambiente hostil y los horrores de la guerra, nos propone la revisita de un gran título: Siete años en el Tíbet de Jean-Jacques Annaud.
En Sólo quiero caminar, el director español Agustín Díaz-Yanes regresa a la que – con el permiso de Alatriste – es su filme más redondo: Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Vuelve Victoria Abril – actriz fetiche que también protagonizó su Sin noticias de Dios con Penélope Cruz – en el papel de la ladrona Gloria, en una cinta donde el sexo y la violencia están a la orden del día. También participan en la película las siempre brillantes Pilar López de Ayala, Elena Anaya y Ariadna Gil, dejando a Diego Luna el peso del papel masculino en la historia. Argumento que es casi un calco del imprescindible Grupo Salvaje de Sam Peckinpah, con recursos estilísticos deudores, asimismo, del Kubrick de Atraco Perfecto. Combinación ésta, la que propone Díaz-Yanes, que a más de uno le sugerirán estar viendo un film de Tarantino, por su ritmo y temática, pero ya os avisamos que en esto del cine, el amigo Quentin, en realidad, no ha inventado nada.
También se estrena Retorno a Brideshead, drama de época británico con Emma Thompson, Michael Gambon y Matthew “Match Point” – y ya van dos – Goode. Triángulo amoroso entre dos jóvenes estudiantes de Oxford y la hermana de uno de ellos, en un entorno familiar de la clase alta británica fuertemente conservador y religioso. Película basada en una de las grandes obras maestras literarias del siglo XX, escrita por Evelyn Waugh, y que ya tuvo una miniserie en el Reino Unido que, francamente, es muy superior a esta nueva revisión. Como le decía una oveja a la otra, mientras estaban comiéndose las latas de celuloide del almacén de una filmoteca: «me gustó más el libro»…
Y dejamos para el final las dos propuestas de cine cómico absurdo. Por un lado, Hermanos por pelotas, producción de la factoría Appatow protagonizada por los cómicos del Saturday Night Live Will Ferrell y John C. Reilly, pero cuyo atractivo en nuestra patria reside en el doblaje perpetrado por las voces de Florentino Fernández y Santiago Segura, reclamo éste que se está explotando muy por encima de cualquier otro aspecto originario del filme. Es verdaderamente curioso el subgénero “por pelotas” que se está creando desde el encargado de adaptar los títulos de estas películas. Me explico, la quinta entrega de American Pie se llamó aquí Una fiesta de pelotas. Recuerdo un filme del siempre interesante Richard Linklater que se tituló aquí Una pandilla de pelotas, así como dos películas medianamente recientes que se titularon igualmente Cuestión de pelotas – una de ellas protagonizada por Ben Stiller –. Y para colmo, y no os engaño, la semana que viene se estrena una tal Un rockero de pelotas… Y lo peor es que ninguno de los títulos originales tiene nada que ver con la traducción que aquí hacemos… en fin…
La última propuesta es una de esas películas cuyo título podría, además, servir de crítica de la propia cinta: Disaster Movie. Sí, en efecto, película desastrosa. Perteneciente a la prolífica saga de parodias que conforma Casi 300, Epic Movie o Date Movie, descendiente directa de las muy superiores películas de la saga Scary Movie – especialmente la primera – y prole ancestral de aquellas fundacionales Atrápalo como puedas, Agárralo como puedas, Top Secret o Hot Shots, en esta ocasión, bajo la apariencia de parodia de películas basadas en catástrofes como Armageddon o El día de mañana, Friedberg y Seltzer repasan indiscriminadamente todos los éxitos del último año, ya no cinematográficos únicamente, sino de la cultura pop en general. Podemos ver zafias burlas de No es país para viejos, Encantada, Hancock, Hulk, Iron Man, Hellboy, High School Musical 3, Juno o Sexo en Nueva York – con una Sarah Jessica Parker interpretada por un travesti –, pero también escarnios varios de Hannah Montana o Amy Winehouse. Una sucesión de gags que no serían especialmente desdeñables si al menos cumplieran su función, que no es otra que desatar la carcajada, cosa que raramente acaban consiguiendo. Lo cierto es que son películas de muy bajo presupuesto para el patrón hollywoodiense pero que funcionan muy bien – a mí no me miréis – en la taquilla, por lo que, mientras la gallina siga poniendo huevos de oro, tendremos más “… Movie” por tiempo. La próxima, ya os lo avanzo, será “Superhero Movie”.
Por cierto, que me ha sorprendido la poca vista de una industria tan dada al éxito oportunista como la del cine, cuando, por ejemplo, es capaz de estrenar mundialmente el remake de La profecía simplemente porque coincidió la fecha 6/6/6, pero es incapaz de estrenar, en la noche de Halloween, un mísero título del género. Yo, ya os lo confieso, voy a montarme una sesión cinéfila halloweeniana, donde os recomiendo títulos para que revisitéis en el sofá de vuestros salones, como La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, Halloween de John Carpenter o Scream de Wes Craven, pero podríamos enumerar docenas de ellas… Se aceptan sugerencias…
Empezaremos con La boda de Rachel, drama familiar protagonizado por una prolífica Anne Hathaway, que lejos de parecer la “Rachel” de la historia, es decir, algo así como la adorable Julia Roberts de una comedia romántica del estilo La boda de mi mejor amigo – por similitudes en título y en perfil de las atrices –, es en esta ocasión Kym, la hermana de la tal Rachel – que interpreta Debra Winger –, una ex-modelo que se ha pasado sus últimos diez años en rehabilitación y decide volver con la familia justo el fin de semana en que celebran la boda de su hermana. Esto generará múltiples conflictos, situaciones desagradables y la aparición de viejos fantasmas familiares, que nos irán revelando poco a poco la existencia de secretos oscuros del pasado de los personajes. Filme dirigido por un Jonathan Demme en horas bajas, que otrora dirigió una de las mejores, si no la mejor, película de la década de los 90: El silencio de los corderos, y que en esta ocasión trabaja con un guión de Jenny Lumet, hija del incombustible Sidney Lumet, cineasta que surgió, hacé más de cincuenta años, de la denominada generación de la televisión norteamericana. La cinta, por cierto, salvando las kilométricas distancias en la forma, pero por su temática, recuerda vagamente al filme fundacional del Dogma’95: Celebración de Thomas Vinterberg.
Seguimos con Los niños de Huang Shi, exótica co-producción china, australiana y alemana ambientada en la invasión japonesa de China en 1937. Dirige un norteamericano, Roger Spottiswoode, encargado de “clásicos” de la comedia de acción de hace un par de décadas como Socios y sabuesos o Alto, o mi madre dispara. Para completar el puzzle de nacionalidades, falta la británica, representada por Jonathan “Match Point” Rhys Meyers, acompañado de la australiana Radha Mitchell o el chino Chow Yun-Fat. Cine basado en hechos reales, con muy buenas intenciones pero que no llega a sobrecoger. La relación del protagonista extranjero con los inocentes niños, en medio de un paisaje idílico, pero ante el ambiente hostil y los horrores de la guerra, nos propone la revisita de un gran título: Siete años en el Tíbet de Jean-Jacques Annaud.
En Sólo quiero caminar, el director español Agustín Díaz-Yanes regresa a la que – con el permiso de Alatriste – es su filme más redondo: Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Vuelve Victoria Abril – actriz fetiche que también protagonizó su Sin noticias de Dios con Penélope Cruz – en el papel de la ladrona Gloria, en una cinta donde el sexo y la violencia están a la orden del día. También participan en la película las siempre brillantes Pilar López de Ayala, Elena Anaya y Ariadna Gil, dejando a Diego Luna el peso del papel masculino en la historia. Argumento que es casi un calco del imprescindible Grupo Salvaje de Sam Peckinpah, con recursos estilísticos deudores, asimismo, del Kubrick de Atraco Perfecto. Combinación ésta, la que propone Díaz-Yanes, que a más de uno le sugerirán estar viendo un film de Tarantino, por su ritmo y temática, pero ya os avisamos que en esto del cine, el amigo Quentin, en realidad, no ha inventado nada.
También se estrena Retorno a Brideshead, drama de época británico con Emma Thompson, Michael Gambon y Matthew “Match Point” – y ya van dos – Goode. Triángulo amoroso entre dos jóvenes estudiantes de Oxford y la hermana de uno de ellos, en un entorno familiar de la clase alta británica fuertemente conservador y religioso. Película basada en una de las grandes obras maestras literarias del siglo XX, escrita por Evelyn Waugh, y que ya tuvo una miniserie en el Reino Unido que, francamente, es muy superior a esta nueva revisión. Como le decía una oveja a la otra, mientras estaban comiéndose las latas de celuloide del almacén de una filmoteca: «me gustó más el libro»…
Y dejamos para el final las dos propuestas de cine cómico absurdo. Por un lado, Hermanos por pelotas, producción de la factoría Appatow protagonizada por los cómicos del Saturday Night Live Will Ferrell y John C. Reilly, pero cuyo atractivo en nuestra patria reside en el doblaje perpetrado por las voces de Florentino Fernández y Santiago Segura, reclamo éste que se está explotando muy por encima de cualquier otro aspecto originario del filme. Es verdaderamente curioso el subgénero “por pelotas” que se está creando desde el encargado de adaptar los títulos de estas películas. Me explico, la quinta entrega de American Pie se llamó aquí Una fiesta de pelotas. Recuerdo un filme del siempre interesante Richard Linklater que se tituló aquí Una pandilla de pelotas, así como dos películas medianamente recientes que se titularon igualmente Cuestión de pelotas – una de ellas protagonizada por Ben Stiller –. Y para colmo, y no os engaño, la semana que viene se estrena una tal Un rockero de pelotas… Y lo peor es que ninguno de los títulos originales tiene nada que ver con la traducción que aquí hacemos… en fin…
La última propuesta es una de esas películas cuyo título podría, además, servir de crítica de la propia cinta: Disaster Movie. Sí, en efecto, película desastrosa. Perteneciente a la prolífica saga de parodias que conforma Casi 300, Epic Movie o Date Movie, descendiente directa de las muy superiores películas de la saga Scary Movie – especialmente la primera – y prole ancestral de aquellas fundacionales Atrápalo como puedas, Agárralo como puedas, Top Secret o Hot Shots, en esta ocasión, bajo la apariencia de parodia de películas basadas en catástrofes como Armageddon o El día de mañana, Friedberg y Seltzer repasan indiscriminadamente todos los éxitos del último año, ya no cinematográficos únicamente, sino de la cultura pop en general. Podemos ver zafias burlas de No es país para viejos, Encantada, Hancock, Hulk, Iron Man, Hellboy, High School Musical 3, Juno o Sexo en Nueva York – con una Sarah Jessica Parker interpretada por un travesti –, pero también escarnios varios de Hannah Montana o Amy Winehouse. Una sucesión de gags que no serían especialmente desdeñables si al menos cumplieran su función, que no es otra que desatar la carcajada, cosa que raramente acaban consiguiendo. Lo cierto es que son películas de muy bajo presupuesto para el patrón hollywoodiense pero que funcionan muy bien – a mí no me miréis – en la taquilla, por lo que, mientras la gallina siga poniendo huevos de oro, tendremos más “… Movie” por tiempo. La próxima, ya os lo avanzo, será “Superhero Movie”.
Por cierto, que me ha sorprendido la poca vista de una industria tan dada al éxito oportunista como la del cine, cuando, por ejemplo, es capaz de estrenar mundialmente el remake de La profecía simplemente porque coincidió la fecha 6/6/6, pero es incapaz de estrenar, en la noche de Halloween, un mísero título del género. Yo, ya os lo confieso, voy a montarme una sesión cinéfila halloweeniana, donde os recomiendo títulos para que revisitéis en el sofá de vuestros salones, como La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, Halloween de John Carpenter o Scream de Wes Craven, pero podríamos enumerar docenas de ellas… Se aceptan sugerencias…
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