por Iván Bort Gual
Antes de nada, disculparme ante los numerosos asiduos lectores de Un planeta gris, por la falta de Planeta Cine la semana pasada. Compromisos que le superan a uno... En fin, prometo no volver a faltar a nuestra cita semanal con la actualidad cinematográfica, y como redención, en esta nueva entrega os traigo información de estas dos últimas semanas, tanto de lo que se estrena hoy como de lo que se estrenó la pasada semana. Aunque claro, esto obligará, más que nos pese, a ser algo más escuetos y dejar fuera alguna de las propuestas más minoritarias.
En primer lugar, no hay color, 'la película de la semana', y tal vez el blockbuster 
más 'mezclado, pero menos agitado' de lo que nos resta de año, viene de la mano de 'Bond, James Bond', y su última entrega, la vigésimosegunda de la saga: 007 Quantum of Solace. La película, que arranca sólo horas después del fantástico final de Casino Royale, funciona prácticamente como una secuela de ésta, lo que convierte en requisito necesario - y os insisto en esto - que la hayáis visto antes, pues todo lo que mueve a Bond en la trama - y precisamente por ello no entraré demasiado en detalles, por no 'spoileraros' - tiene que ver directamente con el desenlace de Casino Royale. Segunda interpretación de 007 a cargo de Daniel Craig, que ya os confieso me parece el mejor Bond desde Sean Connery, además teniendo en cuenta que ese halo de excelencia que siempre asociamos al Bond de Connery se debe a que jugaba con ventaja, pues no olvidemos que fue el primer actor que le dio vida y pudo moldearlo a la imagen original que todos asociamos. En este sentido, lo cierto es que podríamos hacer un artículo especial de la saga, que considero una de las más imprescindibles de la historia del cine, actores, guiones, músicas, villanos, chicas Bond... pero no disponemos ni de tiempo ni de espacio. La chica Bond aquí es la ucraniana Olga Kurylenko, bastante inferior a la bellísima Eva Green de Casino Royale, a la Halle Berry de Muere otro día o, si me apuráis, y como claro intertexto a ésta misma, a la mítica Ursula Andress emergiendo del mar en la fundacional Dr. No. Sin propósito de extenderme mucho más, una cinta espectacular - en el sentido puramente etimológico de la palabra - que presenta al Bond más duro y físico de la historia. Lejos queda ese seductor de etiqueta que vencía a los malos sin despeinarse. La iconoclastia del nuevo Bond consiste en que suda, sangra, se ensucia, sufre, y ya no compite en superioridad con los villanos, con gadgets de última generación ni vehículos y armas superiores. Es una especie de Jason Bourne, mucho más humano y dramático, y además el director en esta ocasión - sorprendente elección del Marc Forster de Monster's Ball, Descubriendo nunca jamás o Cometas del cielo - evidencia esta influencia en un montaje frenético, con planos que duran fracciones de segundo y secuencias en las que la cámara discurre tan imbricada con la acción - atención especial a cuando caen en la cúpula de la catedral de Viena, verdaderamente alucinante - que parece formar parte de la misma.
más 'mezclado, pero menos agitado' de lo que nos resta de año, viene de la mano de 'Bond, James Bond', y su última entrega, la vigésimosegunda de la saga: 007 Quantum of Solace. La película, que arranca sólo horas después del fantástico final de Casino Royale, funciona prácticamente como una secuela de ésta, lo que convierte en requisito necesario - y os insisto en esto - que la hayáis visto antes, pues todo lo que mueve a Bond en la trama - y precisamente por ello no entraré demasiado en detalles, por no 'spoileraros' - tiene que ver directamente con el desenlace de Casino Royale. Segunda interpretación de 007 a cargo de Daniel Craig, que ya os confieso me parece el mejor Bond desde Sean Connery, además teniendo en cuenta que ese halo de excelencia que siempre asociamos al Bond de Connery se debe a que jugaba con ventaja, pues no olvidemos que fue el primer actor que le dio vida y pudo moldearlo a la imagen original que todos asociamos. En este sentido, lo cierto es que podríamos hacer un artículo especial de la saga, que considero una de las más imprescindibles de la historia del cine, actores, guiones, músicas, villanos, chicas Bond... pero no disponemos ni de tiempo ni de espacio. La chica Bond aquí es la ucraniana Olga Kurylenko, bastante inferior a la bellísima Eva Green de Casino Royale, a la Halle Berry de Muere otro día o, si me apuráis, y como claro intertexto a ésta misma, a la mítica Ursula Andress emergiendo del mar en la fundacional Dr. No. Sin propósito de extenderme mucho más, una cinta espectacular - en el sentido puramente etimológico de la palabra - que presenta al Bond más duro y físico de la historia. Lejos queda ese seductor de etiqueta que vencía a los malos sin despeinarse. La iconoclastia del nuevo Bond consiste en que suda, sangra, se ensucia, sufre, y ya no compite en superioridad con los villanos, con gadgets de última generación ni vehículos y armas superiores. Es una especie de Jason Bourne, mucho más humano y dramático, y además el director en esta ocasión - sorprendente elección del Marc Forster de Monster's Ball, Descubriendo nunca jamás o Cometas del cielo - evidencia esta influencia en un montaje frenético, con planos que duran fracciones de segundo y secuencias en las que la cámara discurre tan imbricada con la acción - atención especial a cuando caen en la cúpula de la catedral de Viena, verdaderamente alucinante - que parece formar parte de la misma. 
También se estrena este fin de semana la muy recomendable Appaloosa, western de hechuras clásicas dirigido y protagonizado por Ed Harris, acompañado por un reparto estelar con Viggo Mortensen, Renée Zellwegger o Jeremy Irons. Me atrevería a decir que desde la imprecindible y extraordinaria Sin Perdón del genio Eastwood - y, por favor, salvando las kilométricas distancias -, no veíamos un western de estas características, así que es una cita ineludible para losamantes de un género que últimamente no está siendo demasiado prolífico. Y es que las recientes El tren de las 3:10, que era un remake, y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, que a mí me encantó y os recomiendo, pero claro, eran tres horas en las que no pasaba prácticamente nada, estaban lejos de ese cine del oeste que parió estilísticamente John Ford, renovó Sam Peckinpah y que Clint Eastwood se encargó de convertirlo en crepuscular.
El Greco, producción hispano-griega que también se estrena hoy, biopic del pintor Domenicos Tethocopoulos basado en el libro de Dimitris Nollas: Greco: el pintor de Dios, es una interesante opción para aquellos a los que no os convenza ninguna de las dos opciones anteriores. La trama se centra principalmente en las truculentas relaciones del artista con la Iglesia católica, donde un inmenso Juan Diego Botto interpreta al Gran Inquisidor. Una fotografía pretendidamente pictórica - quizá excesivamente artificiosa - y una estremecedora y paradigmáticamente adecuada banda sonora del compositor griego Vangelis - suya es la inolvidable música de filmes como Blade Runner, Carros de Fuego o 1492: La conquista del paraíso - son motivos suficientes para hacer de esta película una interesante elección para el fin de semana.
Y respecto a la
semana pasada, se estrenó Saw V, la quinta entrega de la saga que se inauguró con un interesantísimo primer filme que costó apenas un millón de dólares y recaudó más de cincuenta, con lo que claro, la industria hollywoodiense aprovechó el filón para explotar a la gallina de los huevos de oro. Lo cierto es que la casquería y los juegos de tortura kafkianos sobra el existencialismo y el valor de la vida son ya una marca distintiva de estas películas, con una fotografía sucia y unos entornos claustrofóbicos, elementos que no pocos filmes posteriores han tomado prestados para sí. Lo que sucede, como es ya costumbre, y más en el género de terror, con todas las entregas que han tenido míticas sagas como Pesadilla en Elm Street, Viernes 13 o Halloween, todas ellas iniciadas con un primer filme emblemático, la cosa acaba por palidecer en productos sucedáneos carentes de la frescura y el impacto de la propuesta original.
semana pasada, se estrenó Saw V, la quinta entrega de la saga que se inauguró con un interesantísimo primer filme que costó apenas un millón de dólares y recaudó más de cincuenta, con lo que claro, la industria hollywoodiense aprovechó el filón para explotar a la gallina de los huevos de oro. Lo cierto es que la casquería y los juegos de tortura kafkianos sobra el existencialismo y el valor de la vida son ya una marca distintiva de estas películas, con una fotografía sucia y unos entornos claustrofóbicos, elementos que no pocos filmes posteriores han tomado prestados para sí. Lo que sucede, como es ya costumbre, y más en el género de terror, con todas las entregas que han tenido míticas sagas como Pesadilla en Elm Street, Viernes 13 o Halloween, todas ellas iniciadas con un primer filme emblemático, la cosa acaba por palidecer en productos sucedáneos carentes de la frescura y el impacto de la propuesta original. 
Y siendo conscientes del mucho material que nos dejamos por comentar de estas dos últimas semanas, me quiero despedir recomendándoos una de esas joyas que no va a tener fácil distribución en nuestro país, e incluso os diría que si no hubiera sido porque ganó el festival de Sitges del pasado año, ni siquiera se hubiera estrenado. Os hablo de The Fall: El sueño de Alexandria, una película dirigida por el cineasta de origen indio Tarsem Singh, procedente del videoclip y la publicidad - eso se nota - que hasta ahora sólo nos había brindado el filme La celda con Jennifer López, visualmente impactante pero muy carente de historia consistente. Con esta nueva película, la forma vuelve a estar muy por encima del contenido, colores imposibles, entornos oníricos, atmósferas rebosantes de imaginación, aventuras en época de Alejandro Magno, pero desde luego una propuesta cinematográfica digna de ver. Podría resumirse como un cruce entre el Big Fish de Tim Burton, el Tideland de Terry Gilliam y El laberinto del fauno de Guillermo del Toro.
Así, simplemente os listo todo lo que se ha estrenado recientemente y no le hemos podido dar cabida en nuestro Planeta Cine de hoy: Asfixia de Clark Gregg, Leonera de Pablo Trapero, Amateurs de Gabriel Velázquez, El último voto con Kevin Costner, Gomorra de Matteo Garrone, La buena nueva de Helena Taberna (con Únax Ugalde, que ganó el premio a mejor actor en la Seminci por esta película) y Una novia para dos, con Jason 'American Pie' Biggs y la irresistible Kate Hudson, que aunque últimamente no está acertando demasiado con sus proyectos, tiene aquí un rendido seguidor en pos de películas como la interesante Casi Famosos, la deliciosa Cómo perder a un chico en 10 días o la infravalorada La llave del mal.
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