Aprovechando que hace dos semanas nos hizo una visita a la Universidad Jaume I, el profesor Luis Rojas Marcos, en el artículo de hoy hablaré de la conferencia que hizo el psiquiatra sobre psicología positiva.
La psicología positiva es una rama de la psicología que se encarga del estudio de las emociones positivas y de cómo estas emociones influyen en nuestra vida cotidiana, en nuestra conducta, en nuestra salud, etc.
En psicología, hay muchos más estudios sobre emociones negativas que positivas, las emociones positivas se empezaron a estudiar con profundidad hace más o menos 25 años.
Desde hace muy poco tiempo, se estudian emociones como la alegría, la empatía, la satisfacción, el orgullo, la esperanza… En definitiva la felicidad, el bienestar.
Cada vez son más numerosos los trabajos empíricos que se centran en demostrar la relación entre la experiencia de emociones positivas y variables como la salud, el bienestar psicológico, la creatividad, etc.
El cultivo de estas emociones se está convirtiendo en un poderoso recurso para transformar la vida ordinaria de muchas personas en algo plenamente satisfactorio y con sentido.
La emoción es un proceso adaptativo que forma parte de los procesos afectivos. La emoción puede considerarse un estado mental, en la medida en que esta relacionada con otros estados mentales como el deseo o la creencia. La emoción tiene un carácter primario, básico y es de naturaleza social.
La función adaptativa de las emociones va a depender de la evaluación que haga la persona del estímulo que pone en peligro su equilibrio, y de la respuesta que genere para afrontar ese estímulo.
Entre las emociones positivas podemos destacar: la alegría, la esperanza, el amor, la tranquilidad, el humor, el orgullo, el entusiasmo y el optimismo. Entre las negativas figuran el miedo, la ansiedad, la culpa, el aburrimiento, el asco, la envidia, los celos, la tristeza, la depresión, la ira, la vergüenza y muchas más.
Por lo tanto, muchas veces el sentir una emoción u otra depende de nosotros mismos, con lo cual, deberíamos de practicar y acostumbrarnos a tratar de sentir emociones positivas a diario, ya que tienen innumerables beneficios para las personas y en cambio, las emociones negativas muchas veces son perjudiciales para la salud, para el bienestar físico y psicológico y además muy desagradables de experimentar. Considero importante el hecho de tratar de sentir emociones positivas siempre y cuando nos sea posible, como por ejemplo, mantenernos positivos ante la adversidad.
Las emociones negativas influyen negativamente en la salud favoreciendo la aparición de ciertas enfermedades, ya que hacen más vulnerable el sistema inmunológico, lo que no permite su correcto funcionamiento. No es malo experimentar estas emociones negativas, de hecho son necesarias, ya que cumplen una función para la supervivencia de las personas, siempre y cuando el periodo de experimentar estas emociones sea de corta duración y no se alargue en el tiempo, en estos casos es cuando se producen ciertas enfermedades, como por ejemplo el estrés.
Las emociones positivas son un beneficio para nuestra salud, ya que ayudan a soportar las dificultades de una enfermedad y facilitan su recuperación, además también pueden ayudar a prevenir una enfermedad. Numerosos estudios también han demostrado que las emociones positivas mejoran la forma de pensar, es decir, el afecto positivo se relaciona con una organización cognitiva más abierta, flexible, compleja y con la habilidad para integrar distintos tipos de información, el resultado de esta forma de pensar, hace más creativa la solución de problemas y más acertados y sensatos los juicios y la toma de decisiones.
El optimismo es la tendencia a esperar que el futuro depare resultados favorables, confiando en nuestras capacidades y posibilidades.
La diferencia que existe entre una actitud optimista y una 'pesimista' está en el enfoque con que se aprecian las cosas, es decir, empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades.
En la conferencia realizada en la Universidad Jaume I (UJI), el psiquiatra Rojas Marcos centró su discurso en el optimismo, indicando que el optimismo tiene que ver con el pasado y el presente. Según él, la persona optimista ve el futuro con esperanza, con la ilusión de que sus deseos se cumplirán; del pasado se recuperan los buenos recuerdos y en el presente se trata de relativizar los problemas.
Rojas Marcos explicó como las personas más optimistas luchan con más ímpetu para conseguir sus objetivos, además se desmotivan con menos facilidad y son mucho más persistentes en sus metas que las personas menos optimistas. Esto hace que se amplíen sus posibilidades de conseguir sus objetivos.
El optimismo también influye claramente con los problemas de salud.
Para finalizar, el profesor Rojas Marcos indicó que el optimismo depende de los genes y de la personalidad de cada uno, pero hay conductas y acciones que pueden potenciar el ser más optimista o menos optimista, esto es lo que las personas podemos controlar en gran medida. Una de las acciones para adquirir más positividad podría ser: hablar, informarse de las cosas, tener más conexión con los demás, hacer ejercicio físico, tener valores o creencias, realizar voluntariados y diversificar o compartimentar las diferentes parcelas de la vida.
Parece ser que las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosos e, incluso, a tener mejor estado de salud física.
En conclusión, considero que es muy importante afrontar la vida con optimismo y tratar de expresar y sentir emociones positivas, además de ayudarnos a nosotros mismos, las personas que nos rodean también notan nuestro estado de bienestar y eso hace que ellos también se sientan agusto y bien, digamos que se contagia. El optimismo no tiene que ver con la ausencia de problemas, sino con la habilidad para encararlos y salir adelante con ellos. Atrévete a ir hacia delante.
El optimista tiene siempre un proyecto; el pesimista, una excusa.
Luis Rojas Marcos nació en Sevilla (1943) donde estudió y se licenció en Medicina. Una vez acabada la carrera se marchó a Nueva York (Estados Unidos) para estudiar psiquiatría. El doctor Rojas Marcos no es un psiquiatra cualquiera sino que ha conseguido ser uno de los mejores del mundo y un gran un divulgador científico de su especialidad. Fue nombrado Presidente de la Corporación de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York, durante 6 años, uno de los mandatos más largos que se han dado en EEUU.
Ha publicado numerosos trabajos sobre temas psiquiátricos y, de salud pública en revistas científicas estadounidenses. En España, colabora regularmente en la sección de opinión del diario El País, es patrono de la Fundación La Caixa, patrono de honor de la Fundación ADANA (Ayuda Déficit Atención Niños, Adolescentes y Adultos) y asesora y apoya a instituciones preocupadas por temas sociales y de salud pública.
Para más información podéis entrar en su página web: http://www.luisrojasmarcos.com/
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