sábado, 27 de diciembre de 2008

Escapadas cercanas. Sueras

La escapada de hoy nos llevará por caminos y sendas del Parque Natural de la Serrà del Espada, por los términos municipales de Sueras, Alcudia de Veo y Tales.

La sierra, situada al sur de la provincia de Castellón, conforma los últimos baluartes del Sistema Ibérico hacia el este, separando las cuencas de los ríos Mijares y Palancia.

La ruta, circular (como es deseable en la mayoría de los casos), toma como punto de partida y de llegada el pintoresco pueblo de Sueras. El recorrido será de unos 20 kilometros y el tiempo aproximado, yendo tranquilamente y parando un par de veces a descansar y comer, de unas 5 horas.

Tras dejar el coche en la parte alta del pueblo tomaremos el Camí Vell que se interna en el Barranco de Castro, avanzando a la sombra de olivos y algarrobos. Poco a poco, y debido a la humedad de la zona, la vegetación irá variando, hasta adentrarnos en un típico bosque de ribera.

Un poco más adelante, una señalización nos indica un sendero a la derecha que nos lleva al castillo de Mauz. Vale la pena desviarse un poco de la ruta e intentar alcanzar la estratégica ubicación de este castillo de origen árabe. La senda, en constante subida entre pinos, pronto nos muestra la roca sobre la que está emplazado el castillo. Debido al precario estado de conservación no es recomendable intentar subir a sus muros y nos contentaremos con apreciar su estructura y emplazamiento.

De vuelta al Barranco de Castro pronto llegaremos a la Font del mismo nombre. 16 caños nos dan la bienvenida con sus aguas cristalinas, un buen lugar para tomarnos el almuerzo. El paraje está preparado para comidas campestres con su zona de merenderos y barbacoas.

Siguiendo la pista hacia arriba llegaremos a un nuevo cruce de caminos, donde cogeremos el desvío de la izquierda, la GR-36 con dirección Este. Recorrido un par de kilómetros aparece la pequeña Font de la Teula y un poco más allá el Mas de la Campana; donde es difícil no caer en la tentación de tocar la campana de su fachada, hecha según dicen con la punta de una bomba de la guerra civil.

A partir de aquí la pista dejará para paso a una estrecha senda mientras nos vamos internando en el corazón de la Serrà del Espada. Los bosques se van haciendo más frondosos y los pinos comienzan a intercalarse con los alcornoques que dan fama a la Serrà (¿cuántas botellas de buen vino habremos descorchado con corcho proveniente de estos lugares?). Algún castaño, con sus hojas amarillas en esta época del año dan el toque colorista al paisaje.

Tras crestear durante unos cuantos kilómetros entre continuas lomas, llegamos a los Órganos de Benitandús. Situados en las paredes del lado Norte del valle del río Veo, son unas formaciones rocosas de color anaranjado que recuerdan los tubos de los órganos en las iglesias. Desde estas alturas la panorámica es espectacular: desde el mar y la Plana al Este hasta el pico de Penyagolosa al Oeste, desde el Desert de les Palmes al Norte al pico Espadà al Sur.

Justo en este punto una pedregosa y empinada bajada nos llevará junto a un idílico y coqueto pantano, y siguiendo la ribera del río a la pequeña población de Benitandús, bajo la protección de los Órganos.

Para comenzar el retorno, se tomará una senda hacia Tales perfectamente señalizada. Al principio, toma una dirección algo dudosa pero luego, atravesando profundos pinares y siguiendo algunos caminos empedrados antiguamente para caballerizas, llega felizmente a Tales.

Para completar la ruta, y a falta de un camino rural que nos lleve a Sueras, podemos salvar la distancia de 2 kilometros que separa estas localidades por el estrecho arcén de la carretera que las une. El espectáculo de las cunetas es lamentable. Son simple y llanamente vertederos donde puedes encontrar los más inverosímiles objetos e inmundicias. Una pena y una mancha negra para este Parque Natural.

En la misma Sueras se puede comer y alojarse en el Hotel Rural Verdia, emplazado en un viejo molino completamente rehabilitado. Piedras con pasado y comida casera. Una buena elección.

Por último y como curiosidad, destacar que en este pueblo aún se mantiene una pequeña fábrica de gaseosa artesana que se puede visitar.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que ruta más bonita... pero 5 horas? A ver si no spreparas algo más asequible, para engrasar la maquinaria despues de tanto exceso navideño.

Por cierto, yo tambien he estado en el Verdia y se come muy bien...