miércoles, 17 de diciembre de 2008

Infocalipsis: The Fall

The Fall, rodada en 2006 e indiscutible ganadora del Festival de Sitges 2007, llegó por fin a España hace solo unos meses, lo que nos da una idea de cómo se mueve la industria de distribución por estos lares. Tarsem Singh nos sorprendió a todos, por lo menos a mí, con esta cinta tras el estrepitoso desastre de La Celda, que visualmente funcionaba a nivel de dirección de arte y fotografía, pero que deja que desear en cuanto a argumento y narrativa. Pero, desde luego, nada bueno se puede esperar cuando la diva de la canción latina, JLo, se mete por en medio. Imagino que debió sentir algo parecido a lo que experimentó Abel Ferrara cuando fue obligado a aceptar a Claudia Schiffer en el reparto de Oculto en la memoria.

Con The Fall, el director se redime, y presenta una película que, además de visualmente hermosa –pues es un verdadero espectáculo visual-, posee argumento. Con una primera escena, con una fuerza visual y sonora, que hipnotiza, a pesar de no comprender que es lo que sucede en ella hasta bien entrada la historia, que es sin duda uno de los puntos fuertes de la película.

Todo sucede en el Hollywood de los años 20, donde un especialista de secuencias de acción es ingresado en el hospital tras una caída que lo deja sin poder andar. Allí encuentra el apoyo de Alexandria, una niña con un brazo roto y a la que hace una promesa: contarle la historia más maravillosa del mundo. La fantástica aventura estará protagonizada por una trouppe de pintorescos forajidos compuesta por un bandido enmascarado, un joven Charles Darwin, un ex esclavo, un indio, un experto en explosivos y un sabio místico salido del interior de un árbol. Una banda con un solo objetivo en común: su cruzada contra el maléfico gobernador Odious. Muy pronto el relato y todos sus personajes cobrarán vida dentro de la imaginación de la pequeña Alexandria, traspasando así las fronteras entre realidad y ficción.

Sus personajes, los contrastes de caracteres, como a través de la fábula esconde las historias más costumbristas y de realismo mágico, son los puntos fuertes de esta cinta que, en ocasiones se alarga, parece que nunca sepa cuando ha de acabar. Aunque ya comenzamos a estar acostumbrados a una duración desmesurada de las películas, la cuestión molesta más cuando se alarga sin motivo, a pesar de que la historia no tengan necesidad de más tiempo para ser contada.

Al igual que en La Celda, el color es el recurso para caracterizar personajes en ocasiones, y en otras solo para impactar visualmente, aunque sin ninguna intención más detrás. Aunque a pesar de sus fallos de guión y su abuso desmedido del color y el efectismo, vale la pena ver este cuento visual, lleno de magia y verdaderamente emocionante.

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