Por Llopsuey,
“Finito, finito…por favor! Asi lo queremos. Que se note que es bueno…”
Y es que cuando encuentras una canción que te gusta, lo notas a la primera.
Y es que cuando encuentras una canción que te gusta, lo notas a la primera.
Aunque hay veces que parece que no quieras verlo, es como que te da rabia, dices podría haber sido…pero nada, nada…más de lo mismo, morralla. Pasa el rato y tu cabecita siempre termina ahí, en el mismo hoyo, dando vueltas a ese tema durante un buen rato, sin darte cuenta tarareándolo, vas dando golpecitos al compás, y al cabo del tiempo sientes la curiosidad, y dices…”…que no lo volveré a escuchar?”. En esos momentos te das cuenta que lo que antes había entrado como un tempranillo, sin hacer mucho ruido, resulta ser un gran reserva atronador. Uno de esos temas que te guardas con recelo para ponerlo en esos momentos que sabes que debes ponerlo, y romper.
De ésta manera entra el minimal-tech-house. Y selecto es el club del gourmet de productores de alto copete que pertenecen a él, aunque también hay morralla, mucha morralla, como en todos los clubs selectos, de eso no se salva nadie. Para todo lo dicho anteriormente, destacadas son las cabezas pensantes venidas del frío teutón,…”el fútbol es un juego de 11 contra 11 donde siempre ganan los alemanes” dijo Gary Lineker, cierto. Y más concretamente gana uno de Dusseldorf, ciudad natal de Alex Niggeman, 24 añitos el niñito, y sacando temas que te ponen en orbita. Utiliza a la perfección elegancia, sutileza en matices y el temple de los toreros con “duende”,consiguiendo que sus 12” desde el preciso instante en que les pinchas la aguja empiecen y acaben sonando redondos.
De la otra Alemania, la del Este, viene el duo de Hamburgo Kollektive Turmstrasse compuesto por Christian Hilscher y Nico Plagemann. Un poquito más mayores que su compatriota del oeste, pero con el mismo sentido del tacto. Componen y remezclan a su antojo moldeando variaciones sonoras tech-house que llegan a entrar en el terreno trance sin pecar de melosidad, “al dente”. Su maxi “Grillen im park” (Ostwind records ‘06) entraba tan fino que hubiera pasado inadvertido hasta para el mejor agente secreto de la Stasi en sus mejores tiempos. Más recientemente acaban de publicar Raz Ohara and the Odd Orchestra “The Case” (Kollektive Turmstrasse remix), lo que para mi egoístamente se trata del tema del año. Finura pura y dura.
A nivel nacional después de muchas idas y venidas parece que la movida empieza estabilizarse y tomar cuerpo de verdad con muy buenos augurios de cara al futuro. Lejos ya de bakalas reciclados pasados a dj’s techno de moda, aparece gente y colectivos con ganas llevarse todo por delante. El conglomerado de sellos madrileños Net28 dan buena cuenta de ello en su último lanzamiento LP de Damián Schwartz, Party lovers (Net28/CD3 ‘08) un disco que alberga desde ambient hasta techo sequito como la mojama pasando por esos pianos jauseros de Carolina’s favorite, acertada estuvo la tal Carolina, si señor.
De ésta manera entra el minimal-tech-house. Y selecto es el club del gourmet de productores de alto copete que pertenecen a él, aunque también hay morralla, mucha morralla, como en todos los clubs selectos, de eso no se salva nadie. Para todo lo dicho anteriormente, destacadas son las cabezas pensantes venidas del frío teutón,…”el fútbol es un juego de 11 contra 11 donde siempre ganan los alemanes” dijo Gary Lineker, cierto. Y más concretamente gana uno de Dusseldorf, ciudad natal de Alex Niggeman, 24 añitos el niñito, y sacando temas que te ponen en orbita. Utiliza a la perfección elegancia, sutileza en matices y el temple de los toreros con “duende”,consiguiendo que sus 12” desde el preciso instante en que les pinchas la aguja empiecen y acaben sonando redondos.
De la otra Alemania, la del Este, viene el duo de Hamburgo Kollektive Turmstrasse compuesto por Christian Hilscher y Nico Plagemann. Un poquito más mayores que su compatriota del oeste, pero con el mismo sentido del tacto. Componen y remezclan a su antojo moldeando variaciones sonoras tech-house que llegan a entrar en el terreno trance sin pecar de melosidad, “al dente”. Su maxi “Grillen im park” (Ostwind records ‘06) entraba tan fino que hubiera pasado inadvertido hasta para el mejor agente secreto de la Stasi en sus mejores tiempos. Más recientemente acaban de publicar Raz Ohara and the Odd Orchestra “The Case” (Kollektive Turmstrasse remix), lo que para mi egoístamente se trata del tema del año. Finura pura y dura.
A nivel nacional después de muchas idas y venidas parece que la movida empieza estabilizarse y tomar cuerpo de verdad con muy buenos augurios de cara al futuro. Lejos ya de bakalas reciclados pasados a dj’s techno de moda, aparece gente y colectivos con ganas llevarse todo por delante. El conglomerado de sellos madrileños Net28 dan buena cuenta de ello en su último lanzamiento LP de Damián Schwartz, Party lovers (Net28/CD3 ‘08) un disco que alberga desde ambient hasta techo sequito como la mojama pasando por esos pianos jauseros de Carolina’s favorite, acertada estuvo la tal Carolina, si señor.
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