Alfombra roja y limusinas para la ocasión, la gran noche de la “cúpula electrónica” valenciana se dio cita en el epicentro electrojaus castellonense por antonomasia, véase, Namala Disco. Todo estaba preparado para librar la entrega de premios más esperada por dj’s y productores autóctonos ataviados para la ocasión, ellos y ellas con sus mejores vestimentas (tacones de aguja, mini-mini-faldas, gorras de rejilla ladeadas, peinados imposibles y chalecos de esos de las grandes ocasiones).
Espiral FM comenzaba su gala con un speech de su presentador que ya dejaba un cierto corporativismo mediático cuando insistió en diferentes ocasiones en que “los premiados de ésta noche no son necesariamente clientes o colaboradores de ésta radio”, una vez escuchado esto, dio pié a considerar una posibilidad con la que ni siquiera habíamos contado. Se empezó a oler un “tufillo” que no se fue en el resto de la velada.
Empecemos por las nominaciones, de las cuales nos enteramos la misma noche, nos sorprendió muy intensamente que los más gordos en este mundillo ni siquiera fueron nombrados. Lo primero que pensamos es que los nominados eran clientes sí o sí de susodicha emisora, luego, profundizando en el pensamiento, concediéndoles el derecho a la duda, pensamos en que quizás lo único que conocían era lo que en esta radio se anunciaba, creían que copaban el 100% del mercado de la música electrónica por el simple hecho de dar servicio a ella. Como consecuencia, se equivocaron. Muchas de las más grandes y respetables empresas, proyectos y artistas de
Desde luego, estamos seguros de que a todos estos nombrados, y todos los que nos dejamos en el tintero, no les importa lo más mínimo el hecho de no estar nominado, pero sin duda le resta mucha credibilidad a este medio de comunicación. Es más, es mucho decir que concedes unos premios a lo mejor de la música electrónica dejándose estilos tan importantes como el Deep House, Drum n’ Bass, Experimental, Trip Hop… y sin embargo premiando estilos como “Newstyle”, “Jump” y “Bumping”.
Ahora toca los premios, y más controversia si cabe… No entraremos a valorar el merecimiento o no de los premiados, porque no ganaríamos para enemigos. Pero desde luego que hubo alguna cosa que no acabamos de comprender:
Contextualicemos, toca otorgar el premio al mejor programa de radio, tema espinoso… y tachaaaaaan, gana un programa de cuyo nombre no queremos acordarnos, resulta que dicho programa es dirigido por el mismísimo presentador de la gala, y además se preocupa de dar explicaciones al respetable cuando nadie se las había pedido. Sin palabras, momento eterno de vergüenza ajena.
En conclusión, esperemos que tal y como apuntó el premiado presentador a final de la gala “Los premios Espiral FM 2010 acaban de comenzar…” y esperemos que no acaben nunca, hacía mucho que no nos reíamos tanto.
Joguet & Llopsuey
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