El Barranco de la Valltorta se encuentra en los términos de Albocàsser, Tírig y les Coves de Vinromà, y está considerado como uno de los núcleos de pinturas rupestres levantinas más importantes del mundo. El Barranco tiene una longitud aproximada de 20 km, y recibe su nombre por su relieve escarpado de abruptas laderas que enmarcan su tortuoso y encajonado curso, que la mayor parte del año permanece seco.
Unas de las características principales del arte rupestre levantino es que la pinturas aparecen en abrigos rocosos u oquedades, siempre estrechamente vinculados al carácter estratégico de la zona (por ejemplo, lugares de caza junto a abrevaderos naturales para los animales salvajes) y presentan un gran dinamismo en la figuras, potenciado por lo estilizado de las mismas.
La mejor forma para disfrutar de estos yacimientos es visitando el Museo de la Valltorta, inaugurado el año 1994. Entre sus instalaciones hay cuatro salas de exposición y una sala de proyección de audiovisuales. En estas salas se puede seguir la evolución del poblamiento humano de estas tierras, desde el Paleolítico hasta la Edad del Bronce. Destacando la reproducción a tamaño natural de la Cova dels Cavalls, quizás la más famosa de la zona. El museo actúa como centro de acogida del visitante, proporcionando visitas guiadas de grupos a algunas de las cuevas y abrigos del Barranco de La Valltorta.
Si se realiza la visita a la Cova dels Cavalls, a las 12h, el trayecto es de aproximadamente de un kilómetro hasta las pinturas. Por el camino, el guía te va comentando y señalando los restos que los pobladores fueron dejando en estas tierras desde la antigüedad: chozas de palos y cañas propias de pueblos nómadas, lavaderos de época musulmana, construcciones de piedra seca del siglo XIX; así cómo, restos marinos fósiles que salpican todo el camino (calamares, almejas, caracolas...) que nos hablan de una época de hace aproximadamente 20-25 millones de años en la que la zona formaba parte de un vasto océano.
Al llegar al Barranco de la Valltorta se accede al abrigo rocoso de la Cova dels Cavalls a través de una profunda diaclasa en la pared del barranco, para luego siguiendo una red de pasarelas (ojo a los que padezcan algo de vértigo) poder contemplar el conjunto de pinturas.
La escena principal es una cacería de ciervos (no de caballos), en la que dos grupos de cazadores aprovechando un recodo del barranco, rodea a los animales que se habían acercado a beber al mismo. Se puede comprobar, echando un vistazo al fondo del barranco, que el lugar que se representa en la escena es el mismo que el que existe unos cientos de metros más abajo. Aparecen, además, a lo largo de toda la pared, otras pequeñas escenas de caza, siempre con el mismo colorido.El guía nos explica que la tinta, el llamado ocre, la obtenían a partir de una mezcla de sangre de animales, óxidos que sacaban de las rocas y de hierbas de la zona.
El museo se encuentra en la Partida Pla de l'Om, en el término municipal de Tírig. Para reservar una visita se puede llamar al teléfono 964 76 10 25.
3 comentarios:
Seguro que la mayoría de la gente de la provincia no conoce la existencia de estas pinturas. Por cierto se puede ir con niños pequeños a estas visitas?
Hay que ver cómo te curras las escapadas.qué variadas son! en ocasiones no valoramos o desconocemos lo que tenemos cerca.gracias
Sí, chispa, es posible que haya gente que conozca un patrimonio tan importante en nuestras tierras como son las pinturas rupestres.Par ir con niños es una opción perfecta: disfrutarán del paseo por el monte un montón.
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